Hace unos años que aprendimos en casa y por una casualidad a
tejer, y gracias a la ayuda de personas que han estado muy cerca de nosotros, y
también a la curiosidad propia, hemos ido aprendiendo, mejorando y añadiendo a
la lista de trabajos hechos, otras técnicas cuyos resultados queremos que
consten ligados a nosotros.
Porque cada uno es una experiencia, un tiempo de
ensayo y error, un reto, una ilusión, por ello debemos tenerlos en cuenta y nos
gustaría que los pudieras conocer, si te apetece.
Algunos de estos trabajos no los hacemos ya; otros han sufrido
mejoras y ahora puedes verlos en nuestra web con algún retoque, otros cuantos simplemente volverán en el momento oportuno. Pero todos
ellos, sea cual sea su estado, merecen estar en este rincón que hemos llamado
Memoria de trabajos.
DECORACIÓN.
Cestos y bandejas de
trapillo.
Una vez pareció que la aguja de crochet estaba bajo control,
lo primero en llegar fueron los cestos de trapillo. Los hemos hecho de todos
los colores y medidas, con asa, sin asa, a modo bandeja, para las colonias del
baño, para las llaves, para servir el pan… Las aplicaciones son múltiples, las
posibilidades tremendas, así que con algunos cambios de diseño, pero manteniendo el material, los cestos y
bandejas de trapillo se han tejido desde siempre y creemos que seguirán por
algún tiempo en nuestro catálogo.
Maceteros de
trapillo.
Lo que tiene el trapillo, que lo hemos repetido siempre, es
la versatilidad que ofrece. Los muchos usos en los que uno puede pensar al
ponerse a tejer. Y siendo así, ¿Cómo no iba a llegar el momento de hacer
maceteros?
Por muchos motivos les seguimos teniendo mucho cariño a
nuestros maceteros y siguen entrando en nuestros planes. Esperemos que por
mucho tiempo.

Marcos de fotos.
Los marcos de fotos llegaron por una casualidad muy bonita.
Después de haber estado buscando nuevas aplicaciones para el trapillo, llegó la
idea de hacer formas con él, sin tejerlo. Y con esta idea podíamos decorar
sobre algunos soportes. A los pocos días, una llamada de Cristina nos pedía
algo con que obsequiar a los invitados en una celebración familiar, y vino
rodado.
Para ese día, preparamos muchos marcos de fotos decorados y
todos ellos distintos. Después tuvieron una buena acogida y ya se quedaron con
nosotros, llegando a cambiar algunos diseños o adaptándolos a ocasiones
especiales.
Un trabajo muy divertido que disfrutamos de una manera muy
especial.

Guirnaldas en
fieltro
Ahora mismo no sé qué llegó antes a La Llar. No sé si fue el
fieltro quien trajo la idea de las guirnaldas o fueron las guirnaldas quienes
trajeron el fieltro. La cuestión es que decorar con colgantes siempre nos había
gustado. De hecho nos encanta y son ideas que siempre rondan.
En aquel momento, el fieltro proporcionaba las condiciones
idóneas para llevar a cabo la idea. Pesaba poco y era fácil de trabajar.
Partiendo de una anilla de madera, con una cinta y un
cascabel, hicimos unos cuantos diseños de figuras blanditas, recortadas y
cosidas a mano y las colocamos en nuestras guirnaldas. Así, hemos cosido círculos,
gatos, pajaritos y hasta medusas con mucho color. Un trabajo cuyo proceso es
100% artesanal y que sabemos que aún decora muchos rincones. Lo cual nos
enorgullece muchísimo.

Móviles de fieltro.
Hemos participado de la llegada de algunos recién nacidos,
porque con nuestros móviles, de alguna manera, hemos estado presentes.
Los que sois seguidores habituales, conoceréis de sobra el
móvil de búhos, del que hemos hecho versiones en distintos colores. Unos búhos
dormilones que transmiten una paz increíble y que decora al mismo tiempo.
Algunos, sabréis que sobre móviles, hicimos una versión de
hadas, con bastante más colorido y otros materiales como el tul.
Ambos son trabajos muy entretenidos. Puesto que todas y cada
una de las piezas son cortadas, cosidas y bordadas a mano. De estos trabajos
que nos encanta hacer y que siguen estando en nuestra cabeza.

Canastilla de bebé.
Una vez más el trapillo se convierte en el elemento
principal cuando hablamos de canastillas de bebés. Hemos hecho varios modelos
cuyas diferencias estriban más en la forma que en la función. Una se tejió como
veis con tapa y la otra a modo de cesta, con asas.
Estas son canastillas pensadas para decorar la habitación al
tiempo que hacen su función sobre el cambiador, que es muy cómodo tenerlo todo
a mano. Por eso, sea como sea su forma, siempre dentro llevan un forro con
bolsillos a modo de departamentos, muy útiles para no perder el cortauñas o la
pomada.
Luego la decoración ha podido variar de una a otra, según
estilos y gustos. Pero siempre siendo el trabajo artesanal de tejido, corte y
costura, o hasta modelaje, ha sido el protagonista de estos diseños. Todo
siempre con mucha delicadeza y mucho cariño hacia los recién llegados.
COMPLEMENTOS.
Fundas de trapillo
para Tablet, Ebook y Netbook.
Todas ellas fueron tejidas a mano y siempre utilizando trapillo,
generalmente de algodón, aunque alguna vez hemos combinado con algo de lycra. Y
todas llevan dentro un forro de tela de loneta, cosido a la funda. La
diferencia entre ellas, además del tamaño, es el montaje de la cremallera.
Hasta llegar a la funda de netbook para el que la cremallera permitía una
apertura total.
En el caso, precisamente, de la funda de netbook, además
quisimos darles un poco más de protección, añadiendo una capa de guata en el
interior del forro, por si el trapillo tejido y bien ajustado a la medida del
dispositivo, no fuese suficiente.
Portadocumentos y
carteras de trapillo.
Fue el paso siguiente a las fundas. Encontramos la manera de
aplicar la preocupación por los detalles, con unos interiores muy cuidados, y
un crochet muy medido, combinando colores de un trapillo generalmente de
algodón o trapillo ligero, muy conveniente para el caso del portadocumentos.
Sin abandonar nunca la filosofía del hecho a mano, este
trabajo es de los que hace que te sientas orgulloso una vez terminado. Si está
bien hecho, el resultado era fantástico. Aunque os podéis imaginar la de ensayo
y error que hubo en esto, cada cartera o cada portadocumentos ha sido un reto
superado.
Fundas de móvil y
tarjeteros.
El acabado del fieltro siempre nos gustó. Como alternativa a
la tela, por la rigidez que da a los trabajos y ese aspecto que sólo se
consigue con él.
En esta línea hicimos varias cosas. Los tarjeteros,
comodísimos para llevar en un bolsillo del bolso con la tarjeta de transporte,
dieron mucho juego durante una larga temporada. Y por otro lado, las fundas
para los teléfonos móviles, decoradas con fieltro o con trapillo, con su cierre
en velcro. Trabajos a mucho color, desde luego.

Carteras de tela.
Las carteras es una de esas cosas con historia. Sacamos dos
modelos, unas más grandes y otras más tipo billetera. Trabajamos sobre dos
patrones un sinfín de combinaciones de telas, buscando siempre la funcionalidad
y la durabilidad de lo que fabricábamos. Por eso siempre hemos dicho que son
lavables y que no por ello pierden ni un ápice de rigidez.
Su historia se ha ido escribiendo con las muchísimas pruebas
a las que las hemos sometido y gracias a las cuales, no han parado de
evolucionar.
Todas las piezas siempre fueron cortadas y preparadas a mano
para pasarlas después con la máquina y conseguir unos acabados que hemos ido
perfeccionando con el tiempo. Como no dejan de crecer, llegamos a hacer incluso un tamaño
xxl para los que necesitan más espacio.
Actualmente seguimos contando con alguna de ellas, buscando
siempre la mejor versión que podamos hacer de ellas.
Fundas de flauta.
Como para otras muchas cosas, de las fundas de flauta
también hicimos dos modelos. Para el primero, un poco más complejo en cuanto a
montaje y cremallera, elegimos la forma clásica de las fundas de flauta.
Incluso llegamos a personalizarlas.
Pero como no paramos de dar vueltas a las cosas, después
surgió una nueva forma, tipo saco, que para escolares y mochilas es muy cómodo.
Aquí también jugamos con las combinaciones de telas y
estampados, hasta llegar a lo que hoy en día mantendremos en fabricación.
Estuches grandes,
pequeños y estuches dobles.
Éstos nacieron, son y serán siempre los básicos de La Llar
artesanos. A lo largo de todo este tiempo, los estuches pequeños y grandes han
ido con nosotros, variando algo su tamaño y los estampados. Destinados a
llevarse en el bolso como neceser o como complemento de estudiantes jóvenes,
estos estuches han ido saliendo constantemente. Meses después llegaron los
estuches dobles, pensados sobre todo para escolares, pero que como veis,
admiten muchos usos y público muy distinto.
Hoy no prescindimos de ellos, aunque han podido variar
ligeramente en cuestión de diseño o nomenclatura. Siguen con nosotros.
Saquitos de almuerzo.
Más que eran, diré que son un complemento muy sencillo y muy
básico que debíamos tener. Lo son todavía porque aún contamos con ellos entre nuestra
selección, aunque ya no con esta variedad de estampados.
Les llamamos saquitos de almuerzo, pero son conocidos
también como saquitos de merienda. En realidad es un complemento muy usado por
los niños en edad pre-escolar, que si es bueno y duradero, puede tener muchos
usos después, cuando el peque ya no lo usa.
Lápices decorados.
La primera versión para estos lápices fue en fieltro. Quizá
alguno de vosotros conservéis alguno de ellos. Pronto pasamos a la goma eva,
porque nos parecía un material muy cómodo de trabajar y muy acorde con la
imagen y el público a quien va dirigido.
Y de los primeros búhos, pasamos rápidamente a diseñar
animales. Han sido la delicia de los niños. Han servido para fiestas de
cumpleaños, bodas y comuniones. Y nos hemos divertido mucho haciéndolos.
BOLSOS
Los bolsos en La Llar merecen una mención especial. Ha
habido mucha gente a lo largo de este tiempo que nos han identificado con
ellos, pese a que nuestro catálogo ha sido amplísimo.
Bolsos de trapillo.
Aprender a tejer, pasar a los cestos y luego a los bolsos,
fue el camino casi predestinado que teníamos en el mundo del crochet xxl. Y es
que los hemos hecho de todos los colores y tamaños. Jugando siempre con la
combinación de los puntos y los materiales, tanto en el cuerpo como en las
asas, y teniendo siempre claro que el forro en un bolso de trapillo es
imprescindible para darle un buen acabado.
Con ellos, hemos trabajado trapillo de algodón, de lycra, de
tul, ligero, adaptando cada uno a un esquema de puntos que nos han dado
acabados como estos.




Bolsos de tela.
Lo primerísimo que llegó si pienso en la relación de los
bolsos y la tela, fueron estas bolsas, que por todo lo que llevan son ya casi
más bolsos que bolsas. Todas de tela, con su cierre y su bolsillo interior.
Cortadas a mano pieza a pieza y decoradas en el exterior. Fueron un elemento
muy cómodo y muy mejorado a lo largo del tiempo en que estuvieron en
producción.
Después del suficiente tiempo trabajando la tela, los
patrones y las costuras, nos lanzamos con el proyecto de nuestro bolso en forma
de riñón que ocupa gran parte de nuestra actividad hoy en día. El resultado que
podéis ver ahora con este bolso, ha llevado mucho tiempo de prácticas y
pruebas. Y creemos que nunca dejará de mejorar y adaptarse, como las carteras.
Pero si nos ponemos con la tela, de la cual hemos aprendido
mucho, no podemos no nombrar a nuestros bolsitos de chenilla, que aún tienen mucha
guerra que dar. Y es que no todo iba a ser lonetas de algodón. Con la riqueza
de tiene el género textil, las posibilidades son infinitas.

NUESTRO LADO MÁS
FRIKI.
Lápices, imanes, banderines, chapas, marca páginas, marcos de fotos y pizarras magnéticas.
Ya os he contado antes lo mucho que nos gusta trabajar con
la goma eva. Es un material muy agradecido y fácil de manejar.
Cuando empezamos a trabajarla, allá por nuestros lápices de
búhos, con la llegada a La Llar artesanos de la herramienta de corte, que nos
permitía apurar mucho más, nos volvimos medio locos y fabricamos un montón de
accesorios que guardamos para nuestro recuerdo.
Seguro que las identificáis perfectamente, porque sabemos
que muchos de vosotros sois grandes fans de los súper héroes y otros personajes
y consolas mundialmente conocidos. Algunos de actualidad y otros que despiertan
nuestra memoria. Para todos estos trabajos, dejamos espacio en este rincón del
blog.

Amigurumis.
La estrella de La Llar aunque pasen mil años. Porque nos ha
encantado tejerlos y llenarlos de detalle y porque han ido a parar a personas y
personitas que los han valorado mucho y querido.
Todos tienen un trabajo considerable de diseño y patronaje y
no digamos de elaboración. Aún guardamos alguno de ellos en nuestro taller. Nos
recuerdan un tiempo muy bonito en La Llar. El principio.



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