Desde el blog de La Llar queremos no sólo
contaros lo que hacemos, sino explicaros cuáles son los valores sobre los que
se sostiene nuestra marca, que además forman parte de nuestra filosofía de vida
y de nuestros hábitos como consumidores. Para ello vamos a ir seleccionando
temas que contribuyan a transmitir estos valores y los iremos publicando
semanalmente en este espacio de comunicación.
Los recursos se
agotan, las desigualdades aumentan.
Hoy
vamos a empezar hablando del consumo responsable, que es uno de los pilares
sobre los que trabajamos. De todos es sabido que nos hallamos inmersos en una
economía capitalista, basada en el consumo de bienes y servicios, no sólo para
cubrir necesidades, sino para lograr el ansiado bienestar, bajo la falsa
ilusión de que cuanto mayores sean nuestras posesiones más felices seremos y obtendremos un mayor reconocimiento
social. Por poner un ejemplo, ¿a cuánta
gente habéis escuchado comentar que cuando están deprimidas se van de compras?
El consumismo está permanentemente bombardeándonos, y si no, tan sólo hay que
encender la televisión.
Pues
bien, este sistema actualmente resulta insostenible porque se están agotando
los recursos del planeta, además de estar provocando desigualdades sociales
cada vez más pronunciadas. Esto no lo decimos nosotros, sino los expertos,
tanto en el campo de la ciencia como de la política. En la Cumbre de la Tierra
de Río de Janeiro de 1992 ya se fijaron objetivos encaminados a disminuir los
daños ejercidos al medio ambiente y a generar un sistema de consumo más
respetuoso y sostenible.
¿En qué consiste el
consumo responsable?
El
consumo responsable es un concepto defendido y promovido por organizaciones
ecológicas, sociales y políticas. Está
vertebrado en tres premisas fundamentales:
1. Los seres humanos han de cambiar
su mentalidad consumista y comprar en función de sus necesidades reales.
2. Es necesario consumir aquellos
productos cuyos procesos de elaboración contribuyan a la conservación del medio
ambiente.
3. Por último y, fundamental,
adquirir bienes y servicios de empresas cuyos sistemas de trabajo incluyan unas
condiciones dignas y un salario justo para sus empleados, fomentando así la
igualdad social.
¿Pensáis en estas cosas cuando compráis una
prenda de ropa, o un bolso, ya sean o no de marca? ¿Y cuándo vais al
supermercado? Como consumidores tenemos la capacidad de transformar el sistema
y de contribuir a que no se agoten los recursos de la Tierra y a que muchas,
muchas personas, puedan vivir en unas condiciones dignas. Porque sí, todos
somos responsables, en mayor o menor medida, de que esto esté ocurriendo, y
todos podemos aportar algo para mejorarlo.
Pautas para empezar a consumir de manera responsable.
Poco a
poco os iremos dando consejos a todos aquellos que optéis por empezar a
desarrollar unos hábitos de consumo más conscientes, pero para abrir boca os
dejamos unas recomendaciones. Antes de lanzaros a la compra compulsiva de
cualquier producto o servicio la primera pregunta es: ¿realmente lo necesito?
¿Lo voy a utilizar? ¿Cuánto tiempo me va a durar? Pero además, os invitamos a
que comprobéis de qué materiales está fabricado y si estos se pueden reciclar,
reparar o renovar. Y por último, y no menos importante, informaros de quién lo
fabrica, dónde y en qué condiciones.
Este es
el cambio de actitud que defendemos desde nuestro taller y que pretendemos
promover, os invitamos a uniros a nuestra red de consumo responsable.
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