martes, 23 de febrero de 2016

¿Sabes a dónde va la basura que generas?



Hace un par de semanas os hablábamos de la regla de las 3R: reducir, reciclar y reutilizar. Pues bien, hoy vamos a centrarnos en la segunda y tercera de ellas, el reciclado y la reutilización.  ¿Alguna vez os habéis preguntado qué proceso siguen las basuras que depositamos en los contenedores verde, amarillo o azul, y por qué no es lo mismo separar las basuras que meterlas todas juntas en el mismo contenedor?







Cuando no separamos y va todo al mismo contenedor:

En este caso la basura es recogida por los servicios municipales y puede ser  llevada a las plantas de gestión de residuos, a incineradoras o a vertederos.




Vertederos: la normativa indica que deben estar ubicados lejos de zonas habitadas y  que en sus alrededores no puede haber terrenos de cultivo ni discurrir aguas potables. Los desechos urbanos,  después de haber sido prensados y compactados, se entierran. La materia orgánica, así pues, se terminará convirtiendo en humus y servirá para nutrir la tierra, en el mejor de los casos. La materia inorgánica que vaya a parar allí por no haber sido separada en origen, plásticos, metales, tardará cientos de años en descomponerse, provocando efectos tóxicos sobre el medio ambiente y pudiendo afectar a la cadena alimenticia. La vida útil de un vertedero está en torno a los 25 años. Hay que tener cuidado, porque con la descomposición de esta materia se liberan gases como el metano, que suele provocar explosiones, además de contribuir a la propagación del efecto invernadero del que hablábamos en el artículo de la semana pasada.  



Las plantas incineradoras: son lugares donde se queman los residuos  a temperaturas superiores a 850ºC. Este proceso permite la producción de energía eléctrica o calorífica que es reaprovechada para el consumo humano. Pero a su vez también se provoca la emisión de gases tóxicos a la atmósfera, por lo que  las organizaciones ecologistas se oponen rotundamente a la existencia de estos centros.
Las plantas de gestión de residuos: hay que decir que, a pesar de que cada vez hay una mayor conciencia en la sociedad acerca de la importancia del reciclaje, a los contenedores de basura orgánica  siguen yendo a parar todo tipo de materiales. Por eso, una vez en las plantas mencionadas es necesario separarlos  en materia orgánica e inorgánica. Este proceso se realiza de forma manual.  Con la materia orgánica se produce el compost o abono natural. El resto se envía a empresas de reciclaje que se encargan de su transformación en materiales que puedan ser reutilizados.




Cuando separamos en origen.


Si ya desde casa adquirimos el hábito de separar nuestros residuos estamos contribuyendo a la conservación del medio ambiente y sus beneficios para el hombre.  Os recordamos que:

- Al contenedor amarillo van los plásticos, envases, las latas y los bricks.
- Al contenedor azul va el papel y el cartón.
- El vidrio ha de  depositarse en los contenedores exclusivos para ello, eso sí, quitando antes todos los tapones, que irán al plástico.
- Las pilas, los neumáticos y los aparatos electrónicos tienen su propio tratamiento aparte, del que hablaremos más adelante.






















En estos casos la recogida la realizan empresas especializadas en el reciclaje y llevadas a sus instalaciones. ¿Qué sucede a partir de ahí? Pues que  estos materiales se someten a procesos químicos y mecánicos y se transforman en nuevas materias primas para el uso cotidiano: papel, aluminio… El precio de venta a los fabricantes es inferior, fomentándose así la reutilización de los materiales.


Los beneficios del reciclado para el ser humano son muchos: se reduce el número de vertederos, se produce un ahorro de agua y energía, se generan menos emisiones de CO2 a la atmósfera y , no menos importante, se fomenta la creación de nuevos puestos de trabajo  en el sector.

Os dejamos con esta afirmación de José Luis Cordeiro, ingeniero e investigador de la Singularity University de Silicon Valey: “En 20 años desaparecerá la basura y hablaremos de materia prima en el lugar equivocado. Todo se puede reciclar”.

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