jueves, 31 de marzo de 2016

¿Vives en una Ciudad por el Comercio Justo?

En el año 2000, un grupo de voluntarios de la ciudad inglesa de Garstang decidieron unirse para comenzar a introducir productos de comercio justo en colegios, tiendas, cafeterías, empresas y organismos públicos de su ciudad. Para ello mantuvieron reuniones con los responsables de cada uno de estos sectores. El resultado fue que esta localidad perteneciente al condado de Lancashire, al Noroeste de Inglaterra, fue proclamada la primera Ciudad por el Comercio Justo del mundo, en 2001.

A partir de aquí el movimiento se extendió a otros lugares en todo el planeta. En la actualidad existen 19 países y más de 1000 localidades que ostentan este título de Ciudad por el Comercio Justo. En España la primera fue Córdoba, en 2008, y poco a poco se han ido añadiendo otras ciudades. La organización IDEAS (Iniciativas de Economía Alternativa y Solidaria) es la responsable de coordinar este movimiento en nuestro país y de asignar la distinción correspondiente.

Patio de una vivienda de Córdoba, primera Ciudad por el Comercio Justo de España.


¿Qué es una Ciudad por el Comercio Justo?

Es aquella que se compromete a poner a disposición de los ciudadanos productos de comercio justo a través de las administraciones, comercios, empresas y asociaciones.
Hace un par de semanas estuvimos hablando con Laura Perona, responsable de comunicación de Fairtrade España, acerca de lo que es el comercio justo, aprovechando que este año se cumplen treinta años de la apertura de la primera tienda en nuestro país. El comercio justo basa toda su actividad en la obtención de una mayor justicia social, del  respeto a los derechos humanos y del fomento del desarrollo sostenible. Entre sus principios destacan la lucha contra la explotación infantil, la aplicación de unas condiciones laborales dignas para todos los trabajadores, el pago de un precio justo a los productores, el cuidado del medio ambiente y la transparencia  y funcionamiento democrático de todas las organizaciones implicadas.

Empresas y comercios deben poner a disposición del público productos de Comercio Justo.
Productos de agricultura sostenible.



















¿Qué requisitos debe cumplir una ciudad para obtener la distinción de Ciudad Justa?


Campañas de sensibilización en colegios e institutos.

Es necesario seguir estos cinco criterios para acreditarse como ciudad justa:

1. Aprobar una resolución favorable al comercio justo y al consumo de este tipo de productos por parte del ayuntamiento.

2. Ofrecer productos de comercio justo en cafés, restaurantes y tiendas de la ciudad.

3. Compromiso del sector privado y organizaciones introduciendo este tipo de productos en su consumo interno

4. Comunicación y sensibilización a la ciudadanía

5. Creación de un grupo de trabajo que coordine el programa. Cualquier localidad que desee formar parte de este grupo tan sólo tendrá que descargar la solicitud desde la página web www.ciudadjusta.org y a partir de ahí se iniciará el proceso.


¿Cuáles son las Ciudades por el Comercio Justo de España?


Bilbao, Ciudad por el Comercio Justo.

Actualmente son las siguientes:

Bilbao
Córdoba
Donostia-San Sebastián
Espejo (Córdoba, Andalucía)
Getxo  (Vizcaya, Euskadi)
Laredo (Cantabria)
Legazpi  (Guipúzcoa, Euskadi)
León (Castilla y León)
Madrid
Málaga (Andalucía)
Orihuela (Alicante, Comunidad Valenciana)
Puerto Real (Cádiz, Andalucía)
Teresa (Castellón, Comunidad Valenciana)
Torrelavega (Cantabria)






Aparte de estas hay otras que ya están en proceso para conseguir esta mención y que cumplen los criterios necesarios, como Valladolid o Zaragoza, y otras que llevan camino de conseguirlo en breve, como Albacete, Fuenlabrada y Mallorca.

Nos haría mucha ilusión que, si vives en una de estas ciudades, nos aportes tus comentarios sobre cuál es la experiencia que estás viviendo al respecto: ¿están accesibles los productos de comercio justo en las tiendas de tu ciudad? ¿Existe un compromiso hacia ello en los colegios y universidades? ¿Tu ayuntamiento vela por la protección de estos productos? ¿En la empresa donde trabajas están presentes? Cuéntanoslo aquí debajo, estaremos encantados de compartir tus comentarios.



miércoles, 23 de marzo de 2016

Pequeña Historia de la costura: la aguja y el hilo


Nos han acompañado toda la vida, desde los primeros recuerdos, como símbolo clásico de la costura y la confección de ropa. La aguja y el hilo forman parte del acervo cultural humano como herramientas básicas para cualquier sociedad, y que todos reconocemos al instante pero, ¿cuándo se inventaron? Hoy, La Llar Artesanos te lo cuenta.


La aguja y el hilo se utilizan básicamente para unir piezas de telas, pieles u otros materiales entre ellas. Podemos pensar que estos objetos se inventaron cuando el Ser Humano comenzó a utilizar las pieles de los animales que cazaba, pero la realidad es algo diferente.

Homo erectus vestidos con taparrabos de piel.


La primera especie humana que utilizó las pieles como vestimenta fue probablemente Homo erectus, que ya habría perdido gran parte de su pelo corporal y, al expandirse a latitudes superiores, más frías, necesitaba prendas para evitar la pérdida de calor corporal. La invención de los raspadores de sílex, que se utilizaban para limpiar y curtir las pieles, marcarían este momento hace casi un millón y medio de años. 

Sin embargo eran prendas muy sencillas, aprovechando las pieles enteras o grandes piezas separadas, sujetas al cuerpo con otras tiras de piel o tendones. 


Ropa neandertal, más compleja.












El desarrollo de vestimentas más complejas va aparejado a la propia evolución humana y al entorno que habitaban, y sabemos que el clima, por ejemplo, era más frío que en la actualidad, con varios períodos glaciares intercalados con breves etapas cálidas. Los neandertales, hace 200.000 años, ya vestían túnicas y capas realizadas con trozos de piel que eran cosidos entre ellos con largos tendones de animales o tiras de cuero. Es probable que las primeras agujas aparecieran en este momento, y que fueran de madera, pues no se han conservado restos de ellas. 
Reconstrucción de la vestimenta de Ötzi, el hombre del Calcolítico
 (hace 5000 años) cuya momia y objetos personales se encontraron
excepcionalmente conservados en un glaciar del Tirol.



Y entonces llegamos nosotros, los Homo sapiens, y con nosotros llegó la revolución: hace 20.000 años ya sabíamos fabricar hilos y cordajes con fibras animales y vegetales, que servían para coser piezas más pequeñas de piel (aprovechando al máximo las de animales pequeños como conejos, zorros, hurones, etc), aumentando la eficiencia y complejidad en diseño de la ropa. También empezamos a coser pieles para otros usos, como bolsas, tiendas de campaña, contenedores de agua, canoas, y un etcétera muy largo.

Y claro, hacían falta agujas de buena calidad, resistentes y de puntas afiladas. Las primeras que encontramos en los yacimientos son de hueso o asta de ciervo y en algunos casos, de marfil. Están tan bien diseñadas, que apenas han cambiado en tantos miles de años: agujas con ojo, agujas sólo con punta, y en algunos arpones de hueso podríamos incluso identificar la forma de las modernas agujas de ganchillo. Y por supuesto, se utilizaban para tantas cosas como hoy en día: costura, caza-pesca, cosmética, medicina, adorno personal…









Aguja de hueso de Altamira.

Con el Neolítico (VIII Milenio antes de Cristo) se desarrolla la tecnología del hilado de fibras animales (lana) y vegetales (lino), y su tejido posterior en telares manuales. El trabajo con la tela hace que se inventen agujas con cabeza (alfileres) para hacer composturas previas al cosido, y al mismo tiempo, las agujas de coser se adelgazan para trabajar con hilos de menor grosor y para permitir trabajos delicados como el bordado.






Telar manual neolítico.

La siguiente evolución de la aguja llega con la invención de los metales, que permiten el diseño de agujas curvas para trabajos específicos y con una mayor resistencia a la rotura o la pérdida de filo, y facilitan su fabricación. Primero en cobre, después en bronce, en hierro o en acero, actualmente encontraremos agujas diferentes para decenas de trabajos distintos, pero basadas en aquel diseño inicial de la Prehistoria.






Agujas de hueso romanas.








Agujas metálicas actuales.
















De la misma forma, la manufactura del hilo se ha basado en el peinado de las fibras, ya sea lana, lino, o algodón, con el objetivo de enredarlas entre ellas, creando pequeños filamentos. posteriormente, estos filamentos se estiran y enrollan entre ellos nuevamente, creando un hilo o fibra contínua y resistente. El primer torcido del hilo se debió hacer a mano, aunque no tardamos en inventar herramientas que nos facilitaron la tarea: el huso y la fusayola se utilizan a modo de peonza, para retorcer y girar el hilo con el mismo movimiento circular. El hilo resultante se va enrollando alrededor del huso, formando un carrete o bobina. Posteriormente se inventaría la rueca, que utiliza el mismo principio que el huso, mecanizándolo. 

Hilado manual con huso y fusayola.
Hilado manual con rueca.



















El paso del tiempo ha cambiado poco el proceso de hilado, y las novedades se han dado debido al descubrimiento de nuevos materiales, como el algodón, la seda, o las fibras sintéticas de las últimas décadas, buscando ante todo un aumento de la resistencia y la durabilidad de los hilos, y manteniendo el concepto original que inventamos en el Neolítico.

 Y es que, si los diseños de la aguja y el hilo siguen siendo válidos después de tantos milenios, ¿Para qué cambiarlos?

miércoles, 9 de marzo de 2016

Entrevista a Laura Perona, Responsable de Comunicación de Fairtrade Ibérica

Laura Perona




 “Para empezar a cambiar el mundo debemos empezar por nosotros mismos.”


Se celebra el trigésimo aniversario de la apertura de las dos primeras tiendas de comercio justo en España. Para dar a conocer un poco más en qué consiste este movimiento y cómo podemos contribuir a difundirlo hemos hablado con Laura Perona, responsable de comunicación de Fairtrade Ibérica, la empresa que se encarga de asignar la certificación de productos de comercio justo en nuestro país.



1. ¿Cómo conociste el comercio justo? ¿Qué es lo que te impulsó a involucrarte en este movimiento? 

Fue  gracias a mi hermana mayor, en la cafetería de su universidad ponían café Fairtrade y también un puesto con productos de Comercio Justo. En casa nos empezó a hablar sobre lo que es el Comercio Justo y a partir de ahí me causó mucha curiosidad este tipo de consumo ético, aunque desde pequeña he tenido una gran conciencia social. 

Equipo de Fairtrade Ibérica, de izq a derecha: María Granero (Business Manager), Laura Perona (Responsable de Comunicación) Álvaro Goicoechea (Director) en el Open Day que se celebró el pasado 25 de septiembre en el palacio de Cibeles, ese día firmó la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena un manifiesto que Madrid se compromete como ciudad por el Comercio Justo.


Sello Fairtrade



2. ¿Qué implica asignar el sello de comercio justo a un establecimiento o marca?

Cuando un producto lleva el sello Fairtrade significa que el 100% de las materias primas que forman parte del sistema Fairtrade son de Comercio Justo, por lo que toda la cadena de producción cumple con los criterios de Comercio Justo. Por ejemplo, en una tableta de chocolate con leche que lleve nuestro sello significa que tanto el cacao como el azúcar provienen de las cooperativas dadas de alta en el sistema Fairtrade.







3. ¿Qué tipo de productos podemos adquirir con el sello de comercio justo?

El producto estrella del Comercio Justo es el café, por lo tanto en Fairtrade también, aunque en España también podemos encontrar azúcar, arroz, chocolate, galletas, especias, mermeladas, ropa, productos de belleza…

Cata de café impartida por Alternativa3 en las oficinas de Fairtrade Ibérica en el coworking Impact Hub Madrid, una actividad por el mes Fairtrade 2015.


4. ¿Quiénes se benefician del dinero que invertimos en España al comprar productos de comercio justo? ¿Ahora mismo cuáles son los principales destinos?

Los principales beneficiarios de los productos de Comercio Justo son los productores que cultivan las materias primas de los productos que compramos. El Comercio Justo se centra únicamente en países en vías de desarrollo tanto en África, Asia como Latinoamérica, pues su objetivo es erradicar la pobreza a través de un tipo de comercio ético y justo para todos.

5. ¿En qué les cambia la vida a los hombres y mujeres de países en vías de desarrollo gracias a Fairtrade? ¿Cuál ha sido uno de los logros que destacarías?

Fairtrade existe desde hace más de 27 años por lo que hemos alcanzado numerosos logros, actualmente contamos con más de 1,6 millones de productores. Pero me gustaría destacar uno en particular y es que Fairtrade ahora se está centrando en ayudar a los pequeños productores a combatir los efectos del cambio climático, de hecho la estrategia global 2016 -2020 se centra en ello. 


Otra forma de ayudar a reducir los impactos del cambio climático es a través de los Créditos de Carbono Fairtrade que las empresas pueden adquirir para reducir su huella de carbono. 


6. Esta semana se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Desde Fairtrade trabajáis en favor la igualdad de género y del empoderamiento de mujeres y niñas. ¿De qué manera desempeñáis esta labor? ¿Cómo se les habla de igualdad y de empoderamiento a estas mujeres, inmersas en una sociedad patriarcal que les niega derechos básicos y las ha despojado hasta de su propia estima?

Uno de los estándares (normas que todas las organizaciones que formen parte del sistema deben cumplir) de Fairtrade es empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género, se realiza mediante la construcción de poder y autonomía en mujeres y niñas. 
Además la Prima Fairtrade  (un dinero adicional que se les da a las cooperativas y ellos mismos gestionan) se invierte en formación para ayudar a las mujeres a diversificar sus ingresos, en becas para niños (a veces dirigidas a niñas, o a hijos de madres solteras), o a proyectos indirectamente relacionado con la calidad de vida de las mujeres, como por ejemplo la electrificación de aldeas, que les reduce el tiempo empleado en las tareas domésticas.

En Kenia, Fairtrade está llevando a cabo un proyecto que se llama “Growing Women in Coffee”, en el que hombres transfieren su propiedad de cafetos a 150 mujeres productoras Fairtrade, lo que les permite a ellas tener un ingreso independiente y de esta manera tener voz y voto en las asambleas de sus cooperativas.


7. Parece que en nuestra sociedad va aumentando el grado de concienciación a favor del comercio justo y temas relacionados, como la ecología y el medio ambiente o el rechazo a la explotación infantil, pero ¿realmente se trata de un proceso de concienciación o más bien una tendencia con fecha de caducidad? ¿Cómo podemos conectar de verdad con lo que significa apostar por el comercio justo, más allá de tendencias de moda o de instrumentalización política del concepto?

Sí que existe actualmente un boom con la ecología a través de las repercusiones que estamos sufriendo por el cambio climático, por lo que parece que los productos ecológicos están en auge y detrás van los de Comercio Justo. Dudo mucho que cuando una persona realmente empiece a concienciarse esto se quede en una simple moda pasajera, sino que más bien lo ve como el comienzo de una nueva forma de consumir. Un consumo más consciente, teniendo en cuenta las repercusiones que causamos no solo al medio ambiente y al resto de personas, sino también a nosotros mismos. 

En España vivimos una situación laboral inestable desde hace varios años, y justo por esto debería crearse cierta empatía con las personas que viven en países en vías de desarrollo y son explotadas. Todos queremos recibir un salario digno y tener unas buenas condiciones de trabajo. Si nosotros lo queremos, deberíamos también respetar el trabajo de los demás, aunque vivan a miles de kilómetros, hablen otro idioma o tengan otras costumbres, al fin y al cabo todos somos personas. Para empezar a cambiar el mundo debemos empezar por nosotros mismos.

 Equipo que organiza diferentes eventos relacionados con el Comercio Justo de diferentes organizaciones socias de la Coordinadora Estatal de Madrid, en el Open Day celebrado en Madrid el 25 de septiembre de 2015.


8. En mayo se celebrará el Día Mundial del Comercio Justo, ¿tenéis algo especial preparado, aprovechando que es el trigésimo aniversario en España de la apertura de las dos primeras tiendas?

La campaña del 30 Aniversario del Comercio Justo en España la gestiona la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, es una campaña que durará todo el año, en el que se harán diferentes actividades, entre ellas el Día Mundial del Comercio Justo. Es uno de los eventos más importante del año y que aún estamos organizando por lo que no puedo adelantaros gran cosa, sólo que como todos los años este día se celebrará en diferentes ciudades de España. Esta campaña se está llevando a cabo sobre todo a través de las redes sociales y os animo a seguirla a través del hashtag #SoyComercioJusto.  

Fotografía del Día Mundial del Comercio Justo, evento que se organizó en Madrid el año pasado en la explanada del Puente del Rey en Madrid Río, este evento se organiza entre todas las organizaciones de Madrid que son socias de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo.


9. Desde vuestra web animáis a los lectores a disfrutar y divulgar el Comercio Justo a través de la organización de los llamados “desayunos Fairtrade”? ¿En qué consisten?

Realizar un desayuno Fairtrade es una acción para dar a conocer el movimiento del Comercio Justo. Organizando un desayuno con productos de Comercio Justo con nuestra familia, amigos o incluso en la oficina con compañeros de trabajo acercamos este tipo de consumo ético de la mejor forma, que es: probando directamente estos productos, de los que existe una gran variedad para desayunar: café, té, cacao caliente, chocolate, galletas, mermeladas, …

De esta manera se puede demostrar que con un pequeño gesto en nuestra rutina como cambiar de un café convencional a uno de Comercio Justo, realmente tiene una gran repercusión en la calidad de vida de millones de caficultores.

Laura, muchas gracias por tu colaboración y por darnos a conocer de primera mano la actividad que desarrolla Fairtrade.

Laura Perona con el mupi que diseñó para una campaña conjunta con el Ayuntamiento de Madrid y la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, estos carteles estuvieron durante dos semanas en 100 marquesinas de la ciudad de Madrid.

lunes, 7 de marzo de 2016

La Seda Valenciana

Somos artesanos y valencianos. Y en este mes en que celebramos nuestras Fallas y las calles se llenan con el colorido de los trajes regionales de falleros y falleras, no podíamos dejar de hablar de la mayor de las actividades artesanales de esta ciudad durante siglos: la seda.

El origen del Arte de la Seda.

La seda, el hilo que segregan los gusanos de la especie Bombix Mori para hacer sus capullos, se conoce y trabaja desde hace 5000 años. Los chinos descubrieron el arte del procesado de estas fibras, y durante tres milenios mantuvieron el secreto para ellos, exportando únicamente las telas ya confeccionadas. 

Gusanos de seda
Mujeres chinas batiendo seda



Este producto de gran calidad y elevado precio se distribuye hacia occidente y hacia el Sur a través de diferentes rutas comerciales, terrestres y marítimas, llegando hasta el continente europeo. Desde el primer Milenio antes de Cristo se documenta su presencia en Egipto y en Mesopotamia y, ya en época griega y romana, el comercio de la seda se asienta en los circuitos comerciales del Mediterráneo. Tenía un precio tan alto, que se llegaba a utilizar como sustituto del oro en las transacciones comerciales.
Las rutas marítimas y terrestres de la seda



Grecia, Persia, Roma… todas las grandes culturas intentan obtener el secreto de la seda. El control de la producción y comercio de la misma aseguraría unos grandes beneficios para su poseedor y así, en el siglo V de nuestra era se crean pequeños centros de producción bizantinos y persas, bajo el amparo del emperador Justiniano en el primer caso.











Sin embargo, la gran expansión de esta industria llega de la mano del Islam, que conquista Persia en el siglo VII y adquiere así los conocimientos necesarios para producir y trabajar la seda. Tras su rápida conquista del centro y sur del Mediterráneo, ya en el siglo X conocemos industrias de cierta importancia en la Península Ibérica (destacan Toledo, Granada y Valencia) y Sicilia.

Expansión medieval del Islam

La seda era un bien preciado en las sociedades medievales, y cuando los reinos cristianos comienzan a ganar terreno al Islam, los Reyes se preocupan por proteger a los artesanos y mantener así la producción y el comercio. Así lo hizo Jaime I en Valencia, propiciando la expansión de la industria sedera del siglo XV. 




Dalmática encargada por Fernando el Católico para la Capilla Real de Granada




















La Seda Valenciana.

Es difícil de imaginar hoy, que hubo un tiempo en que la ciudad de Valencia se hallaba surcada y rodeada por un mar de miles y miles de moreras, y no de naranjos.

Se producían tejidos de seda y derivados como el terciopelo (vellut en valenciano), concentrándose los talleres de los artesanos en el barrio que los valencianos aún llamamos de Velluters en su recuerdo. Más de un tercio de los habitantes de la ciudad y sus alrededores vivía directamente o en parte de la seda. Era una industria artesanal con diversas fases en las que intervenían muchas familias de todos los estratos:

Escaldado de los capullos e hilado

Los  campesinos recogían las hojas de las moreras para alimentar a los gusanos que criaban en sus casas. Los capullos eran escaldados y posteriormente se producía el hilado de las fibras. Los artesanos tintaban los hilos y tejían las telas, y los comerciantes se encargaban de que llegaran a los lugares más importantes de Europa y América. Y por supuesto, vestir de seda era signo de riqueza, por lo que en Valencia había sastres que surtían el ropero de las clases más adineradas. 

Valencia era seda.

Interior de la Lonja de la Seda de Valencia




















En 1474 se creó el Gremi de Velluters de la ciudad, que agrupa a los sederos y terciopeleros, ejerciendo una labor de gerencia, mediación y control de la industria, ganando con los años un gran nombre y prestigio internacionales, al mismo nivel que crecía la fama y calidad de las telas de seda valencianas. La Lonja de comercio pasó a conocerse como Lonja de la Seda, como muestra de la importancia económica que alcanzó esta manufactura.

El siglo XVI estuvo marcado por la competencia con Toledo, centro productor tradicional como Valencia, y que además en estos años albergó la Corte Real, con la demanda de telas de calidad que esto suponía.

El barrio de Velluters en la Valencia medieval cristiana

Durante el XVII la seda valenciana comienza a remontar y a desbancar a la del resto de ciudades. En 1686 el rey Carlos II concede un privilegio real y el antiguo gremio pasa a convertirse en el Colegio del Arte Mayor de la Seda. Durante este siglo y el siguiente se vive el mayor esplendor de la industria sedera valenciana, nutriendo a la Corte y a las clases privilegiadas de España y Europa, y exportando parte de la producción también a América. A finales del siglo XVIII se censan en la ciudad cerca de 3800 telares y de 25000 personas dedicadas a la seda.

Traje de Valenciana (Fallera)















De este periodo son las telas más elaboradas, coloridas  y complejas, y  con las flores, volutas y otros motivos que se pueden ver en las vestimentas de gala tradicionales de los valencianos y valencianas.

Telas de seda con bordados tradicionales valencianos














La Decadencia.

El siglo XIX marca una etapa de crisis general: guerras, revoluciones, destrucción… Los campos son arrasados, mueren gran cantidad de agricultores, artesanos y comerciantes. El empobrecimiento de la sociedad es generalizado, incluso en las clases altas, y esto conlleva un descenso de la demanda de seda. Si a esto le sumamos una importante epidemia europea de pebrina (un parásito que mata al gusano) a mediados de siglo, y que llegó a investigar el mismo Louis Pasteur, entenderemos el hundimiento de una industria que, hasta entonces, había sido tan estable y potente.
Inicio del derribo de la muralla de Valencia, el 20 febrero de 1865



Valencia se llena de antiguos trabajadores de la seda arruinados que vagabundean por sus calles. Los gobiernos intentan paliar esta falta de trabajo mediante obras públicas que den empleo a estas masas. En la ciudad se decide aprovechar para derribar la muralla medieval. 
La apertura del Canal de Suez en 1869 facilita la entrada de sedas asiáticas, mucho más baratas, que acaban de condenar a la seda, y en el campo las moreras son arrancadas masivamente, siendo sustituidas por naranjos. Éstos marcarán la economía valenciana hasta la actualidad.









Vicente Enguídanos, último Velluter de Valencia,
en el telar del Colegio Mayor de la Seda

Un Presente esperanzador.

En pleno siglo XXI, la producción de seda cruda en el campo valenciano es inexistente. La materia prima se importa desde Asia y otras regiones. Los telares llegaron a desaparecer del barrio de Velluters, trasladándose a las afueras de la ciudad e industrializándose la producción de las telas para hacerlas rentables, y vinculada principalmente a la confección de trajes tradicionales.

Por fortuna, la expansión de las Fallas ha traído consigo un resurgimiento de la artesanía de la seda en Valencia en los últimos años, con pequeñas iniciativas privadas que intentan recuperar el tejido tradicional en telares manuales, creando productos de altísima calidad que se destinan , entre otros, a los trajes de las Falleras Mayores de la ciudad. 

La posibilidad de incluir a las Fallas en su totalidad en el Catálogo de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO ayudará a la conservación y difusión de una tradición tan importante y longeva para los valencianos como ha sido el Arte de la Seda.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Entrevista a Ramón Cardona, de Fiare Banca Ética

Ramón Cardona



Ramón Cardona, coordinador del Grupo de Iniciativa Territorial de la Comunidad Valenciana de Fiare Banca Ética.


“Financiamos proyectos con valor social positivo”









Esta semana queremos daros a conocer la banca ética. ¿Alguna vez os habéis preguntado en qué invierten los bancos el dinero que depositamos? 
El concepto de banca ética defiende la economía social y rechaza la especulación y la financiación de proyectos que contribuyan a la desigualdad social, al negocio de la guerra, a los daños medioambientales o a cualquier actividad que repercuta en un perjuicio a la sociedad. 
Fiare Banca Ética es una muestra de que otra forma de gestionar nuestro dinero es posible. Se trata de una cooperativa en la que cada uno de los casi cuarenta mil socios que la componen tiene un voto, independientemente del capital suscrito. El Consejo de Administración se elige por la asamblea general y hay asambleas territoriales para la conexión con la realidad económica y social de cada territorio. Hemos hablado con Ramón Cardona, coordinador del grupo de iniciativa territorial en la Comunidad Valenciana.


¿Cómo y cuándo surge el grupo de trabajo local de Fiare en la Comunidad Valenciana? 

Fiare surge en el año 2002-2003 de una fundación del País Vasco, que se llama Fundación para la Inversión y el Ahorro Responsable, de ahí el nombre de Fiare. Se extiende por toda España  a través de asociaciones territoriales. En el País Valencià se llama Fiare Xarxa Valenciana, aquí estamos trabajando desde 2005, recogiendo capital social para una futura banca ética. 
En el 2012 se decide a nivel estatal, en asamblea general, que nos vamos a juntar con la Banca Popolare Etica italiana, y entonces aquel grupo territorial se transforma en lo que llamamos GIT, Grup d’Iniciativa Territorial, que yo coordino, dentro de la cooperativa Banca Popolare Etica y dentro de lo que en España se llama Fiare Banca Ética. 
En el año 2015  se abre en España la primera oficina bancaria en Bilbao. El grupo sigue trabajando porque esto es una cooperativa y se basa mucho en la aportación de los socios desde los niveles más bajos. Nosotros tenemos asambleas todos los años, el grupo de Castellón, Valencia y Alicante, para poder transmitir nuestras ideas a los otros niveles de la cooperativa.

Daniel Valera, Eva Martinez, y Ramon Cardona en Bilbao, en la inauguración de la primera oficina en España de FIARE BANCA ETICA. (Octubre de 2014).


¿Por qué decidiste unirte como socio a esta cooperativa?

Fundamentalmente el tema de los valores, yo no podía aceptar tener mi dinero en entidades que para mí estaban yendo en contra de lo que yo creía. Y eso que en su momento no había todavía una banca ética plenamente funcionando, lo que yo hice fue juntarme con Fiare Xarxa Valenciana para crearla. Me uní porque no quería que mi dinero contribuyera no sólo a tema de armas, sino también,  por ejemplo, a desahuciar gente o a la especulación inmobiliaria. Y como yo creo que eso sólo es posible desde una banca ética me uní al proyecto Fiare.



En vuestra página web explicáis que ofrecéis financiación de proyectos de la economía solidaria y social. ¿Qué tipo de proyectos son estos?  

La economía social es una cuestión muy amplia, nosotros financiamos cooperativas de trabajo asociado. Cooperativas, por ejemplo, que se dedican al trabajo social, empresas de inserción.  Financiamos también temas de agroecología, de sostenibilidad ambiental, cooperación internacional, cultura… O cooperativas de viviendas, por ejemplo, que han creado personas de la tercera edad para vivir juntas. 
Nosotros comentamos que financiamos proyectos con valor social positivo, es decir, proyectos que planteen, además de un balance económico, un balance social, socioambiental, que demuestre que su actividad va a producir beneficios sociales.




¿Cuáles son los criterios para conceder los créditos?

Los criterios son abiertos, porque nosotros pensamos que cualquier actividad puede ser ética si lo pretende y trabaja por ello. En todos los territorios  tenemos una comisión de valoración ético- social y cualquier proyecto que se presente ha de pasar ese filtro. Deben pasar el filtro económico, porque no somos una ONG, somos un banco, y deben pasar el filtro ético-social, porque nosotros, siendo un banco, no queremos nunca financiar una actividad que no tenga un efecto positivo en la sociedad.



Ahora mismo, ¿qué proyectos concretos estáis apoyando? ¿En qué áreas os estáis volcando con mayor interés?

En la Comunidad Valenciana las últimas financiaciones han ido a un proyecto de ecoturismo, "Mar de Fulles". Es una empresa llamada Ecoturismo Espadán, está en Alfondeguilla (Castellón). Están construyendo un hotel rural con criterios estrictamente ecológicos, y además van a generar puestos de trabajo siguiendo también criterios absolutamente ecológicos y sociales. Nosotros también valoramos esto, por ejemplo, la diferencia entre la persona que más cobra en la empresa y la que menos, que las personas dentro de la empresa tengan derechos sindicales, valoramos la igualdad de trato entre hombres y mujeres, por todo ello hemos concedido también la financiación a esta empresa.






También estamos financiando a la cooperativa Sercoval, que es la mayor cooperativa de servicios sociales en Valencia. Todas las personas trabajadoras son socias y ofrecen servicios sociales, atención a la tercera edad, residencias, etc. Han creado todo un entramado social que ha dado trabajo a muchísima gente.





¿Cómo estamos de cultura financiera en España? ¿Cuál es vuestra contribución a la formación en finanzas?

Nosotros ayudamos a la educación financiera y a hacer consciente a la gente de nuestros recursos, y eso lo hacemos bastante antes de la crisis. Nosotros no surgimos con el 2008, con la gran burbuja inmobiliaria, sino que desde antes ya íbamos avisando de todo esto. Eso de que nadie lo había visto es falso, mucha gente íbamos denunciando que esto era un engaño y un robo. 
A veces, por ejemplo, nos preguntan de qué manera damos garantía, damos seguridad a nuestros clientes.  Mucha gente no le ha hecho esa pregunta a Bankia, no le hizo esa pregunta a todos estos bancos, a las cajas que han hecho desaparecer ahorros y  han engañado a sus clientes.
Creemos que la participación de la gente en las entidades financieras es la única cosa que va realmente a garantizar que los derechos económicos de la gente sean respetados, y por eso formamos en ese aspecto.


¿Son conscientes los ciudadanos españoles de que parte de los ahorros que tienen depositados en la banca tradicional se destinan a financiar, por ejemplo, la fabricación de armas?

Yo creo que no hay una conciencia clara de que gran parte de los males del mundo son financiados en parte con nuestros recursos económicos. O no hay esa conciencia o a lo mejor tampoco quiere haberla, en el sentido de que si el único criterio para poner nuestro dinero en un banco es el beneficio que nos da, o si nos da un regalo de unas sartenes, entonces evidentemente importa poco de dónde venga. Si el criterio es simplemente la ganancia económica, entonces uno no se pregunta de dónde viene el dinero, lo único importante es que le viene y ya está. 
La cuestión de Fiare y de toda la banca ética es que a la gente le preocupa mucho  qué se hace con el dinero que ingresa en los bancos. Yo creo que hay poca conciencia de que con lo poco que cada uno puede meter en los bancos se generan unas cantidades astronómicas que pueden servir para financiar guerras o para financiar actividades que destrozan el medio ambiente. 
Ese es el problema de la falta de cultura financiera, la falta de saber que realmente nosotros sí que podemos hacer algo, aunque nuestros recursos sean pocos, para cambiar la realidad del mundo.


Si yo quiero dejar de operar con mi banco actual y llevarme mis ahorros a Fiare, ¿cómo tengo que hacer? ¿Disponéis de oficinas físicas?

En este momento nosotros sólo tenemos una oficina física, que está en Bilbao. Fiare es una banca por Internet. Somos todavía una entidad muy joven, en este momento entrando en la página web de Fiare Banca Ética todavía uno no puede encontrar el enlace de “hágase cliente”, porque estamos en mitad de un proceso de transformación de las redes territoriales. De todas formas le proporcionamos el enlace para hacerse cliente a toda persona que se pone en contacto con el GIT, incluso por correo electrónico desde la misma página web. Pero siempre bajo solicitud, no lo tenemos en abierto porque sería una avalancha tan grande de gente que no podríamos gestionar en este momento.


¿Puedo contratar los mismos productos que en mi antiguo banco y operar de la misma manera?¿Qué diferencias voy a notar?

Fiare Banca Ética es una entidad que ofrece todos los servicios que puede ofrecer cualquier banco, domiciliación de nóminas, de recibos, tarjetas de crédito, transferencias, fondos… Lo que no vamos a hacer nunca va a ser participar en la economía especulativa, no vamos a invertir en Bolsa. Nuestras inversiones son en la economía real, en la economía de abajo.
Todavía no podemos ofrecer todos los servicios, por ejemplo la tarjeta de débito la estamos esperando para dentro de unas semanas. Somos una entidad muy jovencita, aunque la cooperativa Banca Popolare Etica ya lleva quince años trabajando en Italia.


¿Tenéis algún tipo de colaboración con otras entidades bancarias? ¿Y con otras organizaciones o instituciones?

Las finanzas éticas surgen porque hay una economía ética. Por tanto tiene que haber relaciones con las organizaciones que trabajen la economía social. Estas finanzas éticas ya vienen de lejos, hay grupos que ofrecen financiación parabancaria, no son un banco, pero sí que son una cooperativa que puede dar préstamos entre sus clientes.
Tenemos relaciones también con otras bancas, por ejemplo en Valencia con Caixa Popular, es una entidad que a nuestro modo de ver tiene muchas características que coinciden con Fiare Banca Ética. Nos relacionamos con entidades con las que generalmente coincidimos en esta visión de la economía donde lo único importante no es el beneficio económico, sino el beneficio económico y cómo se consigue, que nunca vaya en perjuicio de la gente, de la sociedad.


¿Qué lugar ocupa el apoyo a los artesanos españoles  y al producto hecho a mano en vuestras áreas de interés?

Nosotros en este momento lo que estamos diciendo a todo el mundo que vamos a financiar cualquier proyecto que tenga valor social. ¿Qué ofrece la artesanía? La artesanía ofrece, por ejemplo, actividades de autoempleo, actividades de recuperación de técnicas culturales que están en peligro de desaparecer, ofrece también aspectos de calidad de su producto. Hay muchos elementos a tener en cuenta en el aspecto artesanal, incluso a veces el sitio donde se localizan, hay artesanías en zonas rurales que tienen una escasa difusión, por ejemplo en el área de la producción alimentaria, como pueden ser las mermeladas. La artesanía cumple muchos de los criterios por los que nosotros financiamos una actividad, entonces evidentemente deseamos que vengan muchos proyectos de este tipo.